lunes, 17 de marzo de 2008

O ellos o yo

Cuando vives con tus padres, es difícil ignorar sus reglas, incluso si estas suponen dar prioridad a ciertas situaciones antes que otras, o darles prioridad a ellos antes que a un enamorado. Mónica, por ejemplo, sabía que debía acompañar a sus padres a la mayoría de reuniones familiares, pues para ellos era toda una tradición que todos los hijos, nietos, primos y demás miembros de la familia estuvieran presentes.

El problema surgió cuando Alejandro, el enamorado de Mónica, hizo un hábito el ir a la casa de ella todas las tardes de los viernes. Las semanas habían pasado tranquilas, sin ningún evento especial que motivara una salida, hasta que llegó el cumpleaños del abuelo que cayó, oh casualidad, un viernes. Alejandro había llegado a la casa a eso de las 5 de la tarde, como era su costumbre, pero no pudo quedarse hasta las 10 como normalmente lo hacía, porque a eso de las 7 la mamá de Mónica dijo “Hijita, te despides de una vez, ¿ya? Alejandro, si quieres te dejamos por ahí porque tenemos que salir.” El muchacho miró a Mónica esperando una reacción, y ella cogió una casaca y levantó las cejas con resignación. Finalmente, él prefirió regresarse por su cuenta.

Al lunes siguiente, la histeria se adueñó de la cafetería de la universidad cuando Alejandro le armó un soberano escándalo a Mónica increpándole el haber elegido irse con sus padres en lugar de quedarse con él. Ella justificó su decisión aludiendo que no podía dejar de ir a esa reunión familiar, argumento que a él le pareció de lo más absurdo. “Me botaste, tu vieja me botó, está claro que me odian en esa casa”. Mónica simplemente lloraba, aunque hacía un esfuerzo en su mente por intentar conectar las ideas y darle sentido a lo que decía su novio.

“Nunca más voy a volver a tu casa, olvídalo. ¿Para qué? ¿Para que me humillen? ¿Para que me traten como a un perro? Ni hablar. Si tú quieres que sigamos, tendrás que ir a mi casa, pero lo que es yo no vuelvo a pisar esa casa. Cuando nos casemos, no sé como harás pero yo no me pienso aparecer por ahí. Irás con nuestros hijos, que los conozca tu familia si quieres, pero de mí no sabrán jamás”. Y en la mente de Mónica el sancochado de ideas se hizo aun más confuso cuando se vio diez años después cargando ella sola un par de hijos, llena de paquetes e inventando excusas para explicar la ausencia de Alejandro. ¿Ya tienen la misma imagen en la cabeza?

5 comentarios:

Rita Vera dijo...

Bueno pero si esa es la costumbre de la familia de Monica ¿porque no le aviso a Alejandro antes? digamos el dia anterior a ver si el se animaba a hacer todo el viaje.

La chica fue desconsiderada, pero el se pasa tambien. ¿casarse? ¿llevar a los hijos? ya te diria yo donde se puede meter a sus hijos

pao dijo...

De donde sacas tus historias? Me imagino que la gente coopera con ellas. acabo de terminar con un imbesil que te daria varias historias que contar en tu blog. Me gusta leerte, me consuela saber que no soy la unica estupida.
Saludos,

Anónimo dijo...

Sí, ¿por qué no le aviso? No sé si aunque sea podía haber llevado a Alejandro...

Por otro lado, como que hacer un escándalo en la cafetería no es la mejor reacción que se espera después de haberlo "pensado" cierto tiempo.

¿Casemos? ¿Hijos? Choche, son sólo semanas que llevan juntos, hasta ahí nomás llego, a mi no me agradan los chunchullos familiares inciertos...

Amor Serrano dijo...

Gracias por comentar. Probablemente el escándalo se habría producido en una situación que Mónica ya sabía de antemano o en una repentina (como a que sus papás se les ocurriera salir de pronto con ella). Por otro lado, bastante alucinada la amenaza de Alejandro al hablar de hijos y matrimonio, aunque es divertido imaginarse a Mónica inventándose historias ante su familia.

Pao, las historias son totalmente reales, muchas ha sido vividas por nosotras mismas y otras por nuestras amigas. Justamente empezamos a escribir este blog porque queríamos que la gente se dé cuenta que este tipo de masoquismo es común entre las chicas peruanas. Por supuesto que estamos dispuestas a recibir todos los aportes e historias nuevas que nos quieran dar. Si te animas, la mandas a nuestro mail y la publicamos... también es una manera de hacer catarsis.

Rita Vera dijo...

Tampoco tampoco, no se trata de defender a Monica solo porque es mujer. Fijate que su caso es igualito al pata con la amiga que se iban a cine y dejaban a la novia plantadaza.

SI TU NO ERES CONSIDERADA NO ESPERES QUE TE TRATEN CON CONSIDERACION.

Ademas no creo que el pata sea tan pero tan estupido como para hacer una escena en la universidad donde estan todos sus amigos, a fin de cuentas es EL quien queda como el berrinchudo.

Para mi que Alejandro se sintio ofendido por la falta de consideracion de ella, si yo hubiese sido el le habria dicho: NO VUELVO A PEGARME EL VIAJE HASTA TU CASA PARA VERTE, en adelante tu iras a mi casa si quieres, o nos encontraremos en un lugar intermedio. Y punto.

Perooooooooooo ¿cuando nos casemos? ¿tu llevaras a nuestros hijos? ¿me botaron? ¿no me aceptan? y en medio de un alarde publico de histeria tampoco ahhhhhh

Facil que la mama de Alejandro le pego una lavada de cerebro durante el fin de semana y por eso llego mas cabreado a la universidad.

jajajaja pero que te apuesto que Monica sigue pensando que ella no hizo nada malo, o peor que como alejandro le ofrecio "matrimonio" implicitamente sus sentimientos son serios.

Ayyyyyyyyyyy si somossssssss