lunes, 31 de diciembre de 2007

Mr.Perfecto

Algunas enfermedades aparecen de manera frecuente en los miembros de una familia porque son heredadas. Y eso es algo que le puede pasar a cualquiera. La familia de Julia tenía a la diabetes como parte de su herencia; ella no la tenía, pero sí estaba en uno de sus padres. De esto estaba enterado Coco, su enamorado. Y aquí el motivo por el que incluimos esta historia: a Coco le pareció que la diabetes era un serio obstáculo para continuar su relación con Julia. Cuando ya tenían buen tiempo de enamorados, él decidió hablar muy en serio con ella y, con rostro total de seriedad, le dio una especie de advertencia: "Esta relación se está poniendo cada vez más seria, y si vamos a pensar en el futuro, yo no quisiera tener problemas después. Yo no quiero que mis hijos sufran con esa enfermedad, quiero que no tengan ningún problema, así que averigua qué posibilidades hay de que ellos la tengan".

Y ahí la ven a Julia preguntando en casa si la diabetes aparecería en sus futuros hijos, para luego decirle al novio que podía ser como no podía ser, que no se sabia, que etc. Fue feo para ella, porque sentía que Coco estaba siendo completamente injusto y discriminador, rechazando a su familia entera e ignorando que también su propia familia podría aportar su granito de arena al historial de enfermedades que podrían tener sus hijos. ¿O acaso estaba 100% seguro de que su familia solo les transmitiría bendiciones?

domingo, 23 de diciembre de 2007

Desconsiderado

Ese adjetivo nunca fue tan preciso para aplicarlo a los enamorados con ni una pizca de caballerosidad (ya no de amor) por su pareja. ¿Qué ejemplos podemos tener de la desconsideración? Hay muchos casos.

El más típico tal vez es cuando no te acompaña a tu casa. No somos machistas ni feministas, simplemente somos conscientes de que regresar sola a tu casa de noche, ya sea en taxi o en combi, no es la voz. Un buen enamorado se da el trabajo de llevarte hasta tu casa (ya sea en cualquiera de los medios de transporte citados, no somos exquisitas tampoco), no importa cuán lejos sea. Pero nunca faltan los desconsiderados: aquellos que te dejan ir solita, que a lo más te acompañan al paradero para que chapes tu combi o, no tienen ningún reparo en verte abordar sola a un tico. Y ni siquiera te llaman para saber que llegaste bien o apuntan la placa.

Otro caso más o menos habitual consiste en cagarse en tus planes o en lo que tú puedas desear. Por ejemplo, han quedado en ir al cine tal día, pero cuando llegas a su casa te dice que no va a poder ser porque ha invitado a sus amigos (y amigas) a comer. Y te dice con la mayor concha del mundo que tu también estas invitada, por supuesto. Tú te molestas, reniegas, lo acusas, pero al final terminas llevando los platos.

Pero no crean que la desconsideración solo se conforma de casos típicos. También tenemos casos de desconsideración más refinada, creativa, aquella que difícilmente se puede superar. Esa que cuando la cuentas, no te la creen de lo inverosímil que puede resultar. Pues bien, como un regalito para los lectores de este blog les voy a contar la increíble historia de la chocoteja. Rafael y Adela son enamorados. Adela trabaja con su amiga Tania. Tania va un día a la casa de Rafael a pedirle prestado algo. Cuando ya se va a ir, Rafael le pregunta si es que va a ver a Adela. Tania le dice que sí. Rafael, entonces, le dice que le quiere mandar un regalo con ella, tal vez un chocolate. Tania se sorprende de la espontánea amabilidad. Pero Rafael no tiene nada a la mano para mandarle. Empieza a buscar por toda la sala. NO encuentra nada. Al final, se fija en el tacho de basura (si, en el tacho!!). Lo mira y encuentra una chocoteja que había botado porque cree que está podrida. Igual la recoge y le dice que tal vez tan hongueada no esté así que puede llevarle ese regalo a Adela. Tania, con un poco de morbo y curiosidad, lo lleva donde Adela. Esta se emociona hasta las lágrimas. Abre la chocoteja, la muerde, y pone cara de asco. Dice “Ay, Rafa se pasa, esta chocoteja está malograda!”. Pero luego se ríe y pone cara así de comprensión: “Ay, Rafita siempre tan despistado, pero por lo menos se acordó de mandarme algo”. Tania quiere contarle la caballada de Rafael, pero le da pena su amiga y. además, se siente un poco culpable por haberle aceptado la chocoteja a Rafa y no haberlo cuadrado ahí mismo.

En fin, si tienen alguna experiencia desconsiderada, siéntanse libres de hacer catarsis.

sábado, 15 de diciembre de 2007

Año nuevo (2da parte)

Un amigo organizó una fiesta de fin de año cuando yo aún era enamorada de Raúl. No era solo un amigo mío, sino de los dos, así que asumí que Raúl y yo estaríamos allí desde las 11 para recibir el nuevo año juntos. Solo unos días antes, Raúl me hizo saber su decisión oficial de quedarse en su casa con su familia, mientras que yo la pasaba en casa de nuestro amigo. ¿Qué??? Para mí fue la noticia menos pensada, sobre todo porque se veía que para él no era una opción sino un hecho concreto. Entiendo que hay gente a la que le gusta pasar el año nuevo con su familia, pero ¿la cosa no se complica si uno tiene una pareja? Es más, tal vez la novedad no habría sonado tan terrible si no fuera porque era algo completamente decidido para él, no había vuelta que darle: "tú vas desde temprano donde Fernando y yo voy luego de cenar en mi casa". Después de una negociación súper larga, en la que jamás iba a dar su brazo a torcer, mi entonces novio propuso una nueva salida, que yo fuera a su casa a pasarla con su familia. ¡Qué tal roca! dije yo, para eso me quedo en mi casa con mi familia, ¿cuál es la gracia de ir a tu casa? Y eso que no me llevaba mal con nadie allí. Como mis contrargumentos caían en saco roto, lo que pasaría esa noche solo se aclaró unas horas antes el mismo 31. Después de varias discusiones telefónicas, de escucharlo decir que su mamá había aceptado feliz que yo fuera a su casa a comer pavo, y sin más ganas de seguir insistiendo, me rendí y le dije que se quedara en su casa, que yo me iba a la fiesta y al diablo. No sé qué pasó finalmente, pero a eso de las 8 de la noche, Raúl cambió de idea y quiso ir a la casa de Fernando antes de la medianoche... completamente absurdo. Más allá de eso, me doy cuenta ahora de que yo no quise ganarme líos con él por el tema, que terminé cediendo solo para evitar alguna típica pelea que me dejara dolida.

Esta historia me recuerda la que vi luego entre Fabiola y su enamorado. Para la quincena de diciembre del año pasado. estuve en una reunión en casa de él, donde por supuesto estaba Fabiola y también otros amigos de ellos. Como siempre pasa en esas fechas, el tema fue qué hacer en año nuevo, y fue increíble ver cómo en media hora de conversación Carlos, el enamorado de Fabiola, y dos amigos más hicieron planes de viajar a Tacna y de cuándo salir, a quiénes visitar, qué comer y dónde bañarse. ¿Ella? No dijo una palabra. Se notaba que tenía otros planes, que hubiera querido pasarla en Lima o donde sea que estuvieran sus amigos más cercanos, pero no tan lejos, con dos amigos de Carlos a los que poco conocía. Finalmente, las cosas no cambiaron en nada: Fabiola y Carlos se fueron a Tacna, él emocionado de tomarse unas chelas con sus patas, ella pensando qué estaba haciendo en ese viaje. Luego me enteré que fue a una fiesta de gala no muy divertida y que se tuvo que aguantar los disfuerzos de los amigos de Carlos durante todo el viaje. ¿Y dónde quedó su voz y voto?

sábado, 8 de diciembre de 2007

Año nuevo (1era parte)

¿Cómo nos podemos dar cuenta de si estamos ante un gomero? Hay muchas señales de alarma, pero creo que la más grave y la que debería hacerte salir corriendo en one es cuando el susodicho no pasa contigo fechas importantes y lo peor es que está asumiendo que así debe ser y ni se preocupa en justificarse. Por ejemplo, el año nuevo. Tomemos el caso de Carolina y Alonso. Ya están de enamorados varios meses y llega diciembre. Lo más lógico es planear qué es lo que se va a hacer para año nuevo, no es cierto? De hecho, una variante de la goma es que el pata decida todo y le importa un rábano si tú habías considerado otros planes. Pero la peor goma es cuando te dice muy suelto de huesos que él la va a pasar con sus amigos y tú no estás invitada, o sea, mamita, haz lo que quieras. Ella le propone mil y un veces ir a alguna fiesta, a alguna reunión, pero nada, él dice que ya quedó con ellos y listo. "¿Qué va a pasar porque no estemos juntos ese día?" dice. Y, así, Alonso se va a la casa de playa de sus amigos y Carolina la pasa con sus amigas.

Surgen varias preguntas: ¿por qué michi Alonso no podía llevar a su enamorada a la fiesta esta? Sus amigos horrendos la conocían muy bien, o sea, ¿cuál era el roche? Por otro lado, ¿por qué Carolina no protestó? ¿por qué no hizo un escándalo al darse cuenta de que el susodicho no contemplaba la idea de pasar con ella el año nuevo? Creo que en el caso de Carolina hay una mezcla de orgullo y cólera, es decir, si bien le parece hasta las huevas la actitud de Alonso, quiere mantener una postura "digna" y hacerle ver como que no le importa que él se vaya por su cuenta y sin considerarla. ¿Cómo explicar la actitud de Alonso? Creo, sinceramente, que la única respuesta posible es la siguiente: sencillamente, NO LA QUIERE. Punto. Le puede gustar y todo, pero no hay enamoramiento de parte de él. Alguien que de lo más feliz se va a la fiesta de año nuevo con sus amigos sin considerar a su novia, definitivamente, no está loco de amor por ella.

domingo, 2 de diciembre de 2007

Para muestra, un botón

Es verdad que la historia de la chica gomeada que le gusta la goma es muy común entre nosotros, y también es muy común que esa misma chica no reconozca que pasa por un mal momento y que busque (absurdas) justificaciones a sus ganas de quedarse al lado del maltratador. Sin ir más lejos, acabo de leer el comentario de una chica en el blog Busco novio del Comercio. Es una súper carta que le escribe a su ex y algunas reflexiones que hace ahora que ha pasado buen tiempo desde que ya no está con él. ¡¡¡Es alucinante!!! Ella misma dice que el pata la trataba mal (“también debo recordar por última vez y quizás debiera enfatizar aquí, cómo hizo mellar mi autoestima a lo largo de estos 3 años, que nunca fui de su agrado a la vista, que se avergonzaba de mi por no tener la ropa y la figura que él siempre deseó”) y menciona las cosas horribles que le decía (“Debo recordar sus ‘frases célebres’, tales como: ‘Ay Alice, tú eres una chica normal, no te creas especial, porque no lo eres’, ‘ X, mi pata no estaría contigo, él no es como yo que no tiene autoestima’ y la mejor de todas, ‘Estos 3 años a tu lado estuve contento’”).

Sin embargo, el siguiente párrafo de su carta es un cambio total, un poco más y le agradece por estar viva: “los momentos más felices de mi vida fueron gracias a su humanidad, me generó el placer más auténtico y por él sé qué significa AMAR. Por él supe que quise ser MADRE”. Lo peor es que, luego de que ella misma se ha encargado de decirnos lo maldito que pudo ser el tipo, quiere limpiarlo de toda culpa: “Porque a pesar de lo que puedan pensar, Juan Luis es un hombre poseedor de los sentimientos más puros pero a la vez, los más ingenuos que pueda albergar una persona de su edad”. Y aquí otra joya: “gracias goito por dejarme tocarte, olerte, abrazarte y besar tu mejilla tantas veces por última vez, aquel sábado de octubre ‘06”.

Poco después menciona que estas frases las escribió hace más de un año, y aún sigue recordándolo con cariño: “A él, al amor de mi vida le deseo de corazón que le vaya muy bien”. ¡Plop! ¿Por qué somos así? ¿Por qué sigue dándole buenos deseos a un tipo que la hizo sentir tan mal? ¿Creen que él haría lo mismo por ella?

Bienvenidas

Ya estamos cansadas de que las mujeres tengan la autoestima por los suelos en las relaciones de pareja. Ninguna mujer se salva, todas pasan por eso alguna vez. No tiene que ver con ningún criterio socioeconómico, cultural, o educativo. Si eres mujer, lo más seguro es que alguna vez te ha tocado una relación en la que te han hecho sentir hasta las huevas (esas en las que el pata hace algo malo, pero tú terminas teniendo la culpa y pidiendo perdón por ello, ¿ya te acordaste?). Es más, nosotras, las autoras, también confesamos que hemos vivido relaciones en las que hemos sido manipuladas, humilladas, lorneadas. Creemos que aparte de la considerable culpa que tienen los hombres, también es cierto que las mujeres somos cómplices de este maltrato. Por eso, en este blog, vamos a ir exponiendo casos reales (con el debido anonimato) que ayuden a que las mujeres de una vez por todas se desahueven. Hagamos que la frase "amor serrano" ya no signifique que a las mujeres nos "encanta" la goma. De alguna manera, a pesar de la supuesta "liberación de la mujer" en el s.XX, todavía arrastramos una carga machista que está ahí en el fondo de nuestro inconsciente, y se activa sin que podamos cuestionarla. Por eso, con este blog, haremos explícita una situación tan común y tan destructiva que tenemos que revertir ya! Se agradecen los comentarios y las colaboraciones.