Nidia tenía más de un mes sin sacar el brevete y su novio Marcelo estaba al tanto de esto. Ella no le daba importancia a tomar el examen de manejo hoy, mañana o nunca; él pensaba que debía hacerlo cuanto antes. Luego de algunos arreglos en sus trabajos de la universidad, Nidia hizo espacio para empezar el trámite, pero lo dejó a medias. Así pasaron unas cuantas semanas más y Marcelo volvió a insistir en que era necesario que ella terminara el asunto (aunque no sabemos bien por qué tanta insistencia de parte de él).
Un día, como ya se había vuelto usual, surgió el tema y Marcelo inició su sarta de preguntas: “pero ¿cuándo vas a ir?”, “¿hasta cuándo quieres esperar?”, “¿lo vas a dejar pasar?”, etc, etc, etc. Como Nidia no se mostraba decidida a dar el examen muy pronto, él propuso algo: “Mira, qué tal si el sábado vamos al cine y comemos algo rico por ahí, yo te invito. Eso a cambio de que el lunes a primera hora estés dando el examen de manejo”. Para Nidia fue una noticia sorprendente, pues Marcelo no era el más generoso de los enamorados, de modo que aceptó con gusto.
La salida del sábado fue muy buena, pero Nidia no se presentó a dar el examen de manejo al lunes siguiente, debido a motivos que ella no podía cambiar. Ella consideró que no había ningún problema en esta situación porque podría tomar el examen un día después. Pero Marcelo no lo vio así: el muchacho armó el gran escándalo de su vida al enterarse, y acusó a Nidia de no corresponderle al “gesto de amor” de invitarle el cine y la comida del sábado, de ser una desconsiderada, de haberlo “traicionado” y demás crímenes por el estilo.
Nidia se sintió culpable de haberle “fallado” y, al día siguiente, faltando a clases en la universidad y haciendo un viaje larguísimo hasta el circuito donde se rinde el examen, acudió a terminar el trámite. Marcelo pensó que por fin ella había “valorado” todo lo que él había hecho. ¿Era necesario el berrinche? ¿Cómo se explica la ansiedad de Marcelo por el brevete de Nidia? ¿Cuál era el provecho que buscaba sacar?
lunes, 28 de enero de 2008
domingo, 20 de enero de 2008
Un caso de ex-panto
Queridos amigos:
lamentamos la gran ausencia durante estas semanas, reaparecemos con una nueva y sabrosa historia, que retoma nuestra frecuencia semanal de publicación.
Las ex son una tortura en cualquier relación, buena o mala. Debo confesar que, en la mayoría de casos, somos nosotras mismas las que nos torturamos gratuitamente por culpa de ellas, ya que lo más probable es que el susodicho tenga hacia ellas la mayor indiferencia. Sin embargo, también tenemos los casos en que el que el sujeto todavía siente algo por la ex, y sigue flirteando con ella. Lo peor de todo es que no lo niega tajantemente cuando se lo decimos, y logra voltearnos la tortilla, como experto manipulador que es, haciéndonos creer que somos unas completas locas, que estamos alucinando cosas que no son y que por nuestros enfermizos celos la relación se va a acabar. Es hora, entonces, de contar la historia de Daniel, Luciana y Samantha (la ex).
En primer lugar, los celos que tenía Luciana de Samantha no salieron de la nada. Daniel, con ese excelente tino que lo caracteriza, se encargó de contarle toda la apasionada y conflictiva relación que tuvo con Samantha, a los pocos días de comenzar su relación. Le contó a la pobre Luciana cómo se obsesionó con Samantha, como la acosaba, como le dolía que lo tratara mal y que lo engañara. Le contaba incluso cómo eran sus relaciones sexuales!!! Claro que la zonza de Luciana en vez de haberlo escuchado con tanta comprensión, debió haber sospechado, primero, que Daniel tenía todavía alguna deuda pendiente con Samantha; y, segundo, debió haberlo cortado en seco apenas él comenzó con esa historia. Pero Luciana, más bien, se sentìa de alguna forma contenta de que Daniel haya sido tan sincero con ella, y es más, le agarró odio a Samantha por todo lo mala que había sido con él.
Con el pasar de los meses, todo eso que le contó Daniel empezó a brotar en Luciana en forma de resentimiento y celos. Cada vez que podía lo fregaba a Daniel con el tema de Samantha. No podía escuchar ni por asomo ese nombre (ni siquiera podía ver la serie "Hechizada") que se ponía de mal humor y empezaba a rajar de la chica esta. Para sus amigas, de verdad que ya era enfermiza y tonta la cólera que le tenía Luciana a Samantha, cuando, en todo caso, la cólera debería tenérsela a Daniel. Este, cada vez menos, soportaba la obsesión que tenía Luciana respecto a Samantha, con lo cual, las peleas entre ellos eran cada vez más frecuentes. Daniel la tildaba de loca, de que estaba obsesionada, que se olvidara de Samantha, que ella ya no significaba nada para él, etc., etc. Le empezó a averiguar, incluso, datos de psicólogos para que Luciana pudiera tratarse. Luciana se daba cuenta de que el tema de Samantha estaba destruyendo la relación, pero no podía evitar sentir esos celos.
Un día, sin embargo, estalló la catástrofe. Luciana, un día que estuvo jugando con el celular de Daniel, se encontró no solo con que Daniel había seguido en contacto con Samantha a través de mensajes de texto y llamadas, sino que Daniel (a pesar de todo el odio que decía tenerle) la trataba con bastante "cariño", empleando frases amorosas, elogios y demás. Lo peor, sin embargo, era que Luciana podía ver que no solo era que Daniel seguía encariñado con Samantha, sino que el muy sinvergüenza incluso empleaba el mismo código para escribirle mensajes secretos que utilizaba con ella!!! Se pudo dar cuenta, además, que ese código lo inventó Daniel para Samantha y lo reciclo con ellá. Y Luciana que se sentía tan feliz de tener algo privado solo de ellos. Ya se pueden imaginar lo destrozada que quedó Luciana. Para mí, lo del código secreto fue la gota que derramó el vaso, demostraba que para Daniel, Luciana no era tan importante. Para otras amigas, lo peor había sido ver que Daniel seguía en contacto con Samantha en términos tan cariñosos, a pesar de que lo había negado una y mil veces, llegando al punto de atribuirle todos los problemas respecto al tema Samantha a Luciana!! No entendemos cómo alguien puede ser tan cínico de, sabiendo que está en falta, se hace el inocente y le echa la culpa a otro.
La historia, lamentablemente, no se acabó aquí, ya que a los pocos días, Luciana regresó con Daniel, claro, sin haberlo perdonado sinceramente, ya que las peleas reaparecieron, ahora sazonadas con todo lo que se acordaba Luciana de lo que Daniel le escribía a Samantha. Tuvo que pasar años para que Luciana pudiera manejar mejor ese tema, aun cuando todavía no puede ver Hechizada. Daniel siguió igual de manipulador, aunque ya no con respecto al tema Samantha sino sobre otras muchas cosas más.
lamentamos la gran ausencia durante estas semanas, reaparecemos con una nueva y sabrosa historia, que retoma nuestra frecuencia semanal de publicación.
Las ex son una tortura en cualquier relación, buena o mala. Debo confesar que, en la mayoría de casos, somos nosotras mismas las que nos torturamos gratuitamente por culpa de ellas, ya que lo más probable es que el susodicho tenga hacia ellas la mayor indiferencia. Sin embargo, también tenemos los casos en que el que el sujeto todavía siente algo por la ex, y sigue flirteando con ella. Lo peor de todo es que no lo niega tajantemente cuando se lo decimos, y logra voltearnos la tortilla, como experto manipulador que es, haciéndonos creer que somos unas completas locas, que estamos alucinando cosas que no son y que por nuestros enfermizos celos la relación se va a acabar. Es hora, entonces, de contar la historia de Daniel, Luciana y Samantha (la ex).
En primer lugar, los celos que tenía Luciana de Samantha no salieron de la nada. Daniel, con ese excelente tino que lo caracteriza, se encargó de contarle toda la apasionada y conflictiva relación que tuvo con Samantha, a los pocos días de comenzar su relación. Le contó a la pobre Luciana cómo se obsesionó con Samantha, como la acosaba, como le dolía que lo tratara mal y que lo engañara. Le contaba incluso cómo eran sus relaciones sexuales!!! Claro que la zonza de Luciana en vez de haberlo escuchado con tanta comprensión, debió haber sospechado, primero, que Daniel tenía todavía alguna deuda pendiente con Samantha; y, segundo, debió haberlo cortado en seco apenas él comenzó con esa historia. Pero Luciana, más bien, se sentìa de alguna forma contenta de que Daniel haya sido tan sincero con ella, y es más, le agarró odio a Samantha por todo lo mala que había sido con él.
Con el pasar de los meses, todo eso que le contó Daniel empezó a brotar en Luciana en forma de resentimiento y celos. Cada vez que podía lo fregaba a Daniel con el tema de Samantha. No podía escuchar ni por asomo ese nombre (ni siquiera podía ver la serie "Hechizada") que se ponía de mal humor y empezaba a rajar de la chica esta. Para sus amigas, de verdad que ya era enfermiza y tonta la cólera que le tenía Luciana a Samantha, cuando, en todo caso, la cólera debería tenérsela a Daniel. Este, cada vez menos, soportaba la obsesión que tenía Luciana respecto a Samantha, con lo cual, las peleas entre ellos eran cada vez más frecuentes. Daniel la tildaba de loca, de que estaba obsesionada, que se olvidara de Samantha, que ella ya no significaba nada para él, etc., etc. Le empezó a averiguar, incluso, datos de psicólogos para que Luciana pudiera tratarse. Luciana se daba cuenta de que el tema de Samantha estaba destruyendo la relación, pero no podía evitar sentir esos celos.
Un día, sin embargo, estalló la catástrofe. Luciana, un día que estuvo jugando con el celular de Daniel, se encontró no solo con que Daniel había seguido en contacto con Samantha a través de mensajes de texto y llamadas, sino que Daniel (a pesar de todo el odio que decía tenerle) la trataba con bastante "cariño", empleando frases amorosas, elogios y demás. Lo peor, sin embargo, era que Luciana podía ver que no solo era que Daniel seguía encariñado con Samantha, sino que el muy sinvergüenza incluso empleaba el mismo código para escribirle mensajes secretos que utilizaba con ella!!! Se pudo dar cuenta, además, que ese código lo inventó Daniel para Samantha y lo reciclo con ellá. Y Luciana que se sentía tan feliz de tener algo privado solo de ellos. Ya se pueden imaginar lo destrozada que quedó Luciana. Para mí, lo del código secreto fue la gota que derramó el vaso, demostraba que para Daniel, Luciana no era tan importante. Para otras amigas, lo peor había sido ver que Daniel seguía en contacto con Samantha en términos tan cariñosos, a pesar de que lo había negado una y mil veces, llegando al punto de atribuirle todos los problemas respecto al tema Samantha a Luciana!! No entendemos cómo alguien puede ser tan cínico de, sabiendo que está en falta, se hace el inocente y le echa la culpa a otro.
La historia, lamentablemente, no se acabó aquí, ya que a los pocos días, Luciana regresó con Daniel, claro, sin haberlo perdonado sinceramente, ya que las peleas reaparecieron, ahora sazonadas con todo lo que se acordaba Luciana de lo que Daniel le escribía a Samantha. Tuvo que pasar años para que Luciana pudiera manejar mejor ese tema, aun cuando todavía no puede ver Hechizada. Daniel siguió igual de manipulador, aunque ya no con respecto al tema Samantha sino sobre otras muchas cosas más.
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